Sangre en la plantación

En el siguiente texto podrá encontrar los antecedentes, los motivos y cómo se desató una de las actuaciones más violentas y sangrientas de las que se tengan registros en el territorio colombiano.

Foto tomada de: Las 2 Orillas

Constantemente en Colombia reconocemos que vivimos anestesiados por tantos actos de violencia que pocas veces nos permiten dimensionar la tragedia en la que estamos sumergidos cada día. Al parecer, algo similar sucedió con uno de los hechos más aterradores de nuestra historia, la masacre de las bananeras en 1928. 

En el siguiente texto podrá encontrar los antecedentes, los motivos y cómo se desató una de las actuaciones más violentas y sangrientas de las que se tengan registros en el territorio colombiano.

Orígenes de las exportaciones

En primer lugar es importante comprender cómo llegaron las plantaciones bananeras al país.

Está fruta se originó en Asia y sólo hasta después de 1492 fue introducida en los trópicos americanos lo que en buena medida ocasionó que en ese entonces en los Estados Unidos o en Europa casi nadie conociera los bananos, de hecho se consideraba como una fruta exótica. No obstante, cada vez fue creciendo más el interés por cultivar y comercializar esta fruta.

La geografía de Ciénaga (Magdalena) era precisa para este cultivo lo que llamó la atención de algunos comerciantes extranjeros. Además, se debe tener en cuenta que está parte del país había empobrecido aún más con la abolición de la esclavitud en 1852 pues muchas haciendas fueron abandonadas, y habían grandes extensiones de tierras que nadie reclamaba.

Los que inicialmente pensaron en exportar banano desde Colombia fueron algunas familias adineradas de Santa Marta dado que también en otros lugares del país se estaban comenzando a exportar otros artículos relacionados con la agricultura. Así pues, a finales del siglo XIX y comienzos del XX varias compañías extranjeras comenzaron a intervenir en agricultura y en producción ganadera en la Costa Atlántica colombiana, especialmente en las regiones del río Sinú, Mompox y Santa Marta.

En 1881 se obtuvo la autorización para construir el ferrocarril lo que aumentó aún más el interés comercial en esta zona del país, al mismo tiempo se fundó la primera Sociedad de Agricultores y sus miembros comenzaron a experimentar con un nuevo producto, el banano Gros Michel, una variedad desconocida hasta alrededor de 1885. José Manuel González y un grupo de empresarios samarios establecieron la primera plantación de banano de Colombia, en Ciénaga. Los experimentos mostraron un potencial interesante: en 1889 Santa Marta exportó 5000 racimos, y tres años más tarde esta cifra subió a 45 000. 

Pese a que la iniciativa de cultivar está fruta en Colombia fue de locales, estos no contaban con los recursos suficientes para desarrollar una industria bananera, en cambio, empresas como United Fruit Company sí. Minor Cooper Keith, el hombre que manejaba a la compañía estadounidense apareció en Colombia en 1890 sin embargo, para ese entonces la multinacional ya manejaba el 80% de la industria bananera internacional. 

Ya en Ciénaga, la United Fruit Company comenzó atrayendo trabajadores con incentivos económicos ofreciendo un sueldo tres veces mayor al que ganaban los trabajadores haciendo otras actividades. Como era de esperarse, esos estímulos fueron un éxito provocando que durante las primeras tres décadas del siglo XX, miles de personas llegaron a Santa Marta; se estima que en 1910 la compañía tenía 5.000 trabajadores y en 1925 sobrepasaba los 25.000. Toda esta población era necesaria ya que, se necesitaba mano de obra para cumplir las labores de ampliación de vías, instalación de sistemas de riego, limpieza de las zonas, y siembra y recolección de la cosecha.  

Sin embargo, la abundancia de empleo no se traducía en dignas condiciones laborales y precisamente esto hace que sea un detonante para las huelgas de 1928. 

No son mis empleados

Foto tomada de: Las 2 Orillas

Y aquí, es importante detenerse porque las condiciones laborales en las que contrataba la empresa estadounidense eran precarias: 

  1. Los empleados eran contratados por medio de lo que actualmente se conoce como una temporal, es decir no estaban “involucrados” directamente con la  multinacional. Se argumenta que este tipo de contratación fue utilizada para evadir legislación laboral colombiana porque cuando en 1915 el gobierno comenzó a promulgar leyes regulando las condiciones de trabajo, la United Fruit Company no quiso cubrir algunos beneficios para los trabajadores en las plantaciones porque, según ella, quienes trabajan en los campos bananeros no eran empleados suyos.
  2. Los sueldos se estipularon cada 15 días, pero en ocasiones se presentaban demoras, por lo tanto, algunos obreros se quedaban cortos de dinero y se veían obligados a solicitar avances que eran dados por medio de vales redimibles en almacenes de la misma compañía. Sí, de la misma compañía que no les pagaban a tiempo. Además, el sistema de avances y descuentos buscaba también retener a los trabajadores en las plantaciones pues estos no podían marcharse dado que le debían a la empresa. 
  3. Como se menciona en el punto 1 los obreros no eran reconocidos como trabajadores de la United Fruit Company no obstante, les descontaban un 2% de sus salarios para cubrir la salud, servicios que muchos obreros jamás llegaron a recibir. 

No vamos a contar los racimos

Ante tanta precariedad y vulneración de derechos, ¿Qué se podría esperar? Los obreros decidieron radicar a principios de noviembre de 1928 la asamblea de la Unión Sindical de Trabajadores del Magdalena que aprobó un pliego de 9 peticiones que representaban las exigencias de 25.000 obreros vinculados directa o indirectamente a la United Fruit Company. 

¿Qué solicitaban los obreros de las plantaciones? 

1.Seguro colectivo obligatorio.

2. Reparación por accidentes de trabajo.

3. Habitaciones higiénicas y descanso dominical. 

4. Aumento en 50 % (los jornales de los empleados que ganaban menos de 100 pesos mensuales). 

5. Supresión de los comisariatos.

6. Cesión de préstamos por medio de vales.

7. Pago semanal.

8. Abolición del sistema de contratista.

9. Mejor servicio hospitalario.

Cuando se le presentó el documento al gerente de la UFC en Santa Marta, Thomas Britts, tuvo un gran descontento, y se negó rotundamente a atender las necesidades de los trabajadores y fue en ese momento donde la Unión Sindical envió un ultimátum a la compañía, planteando el inicio de una huelga.

Los sindicalistas se encargaron también de enviar una copia de las peticiones al Presidente de la República, al Congreso y al Ministerio de Industrias. Los trabajadores solicitaban al Gobierno que admitiera la legalidad de sus demandas y pidieran a la Oficina General del Trabajo que mediara entre ellos y la United Fruit Company. 

Pero, ¿Cuál era la posición del Gobierno Nacional? El Presidente conservador Miguel Abadía Méndez veía en las manifestaciones a los movimientos comunistas que en ese entonces estaban en auge en el mundo y el país, precisamente por la hegemonía conservadora. Creía que los obreros podrían estar conformando una “revolución bolchevique”.

Si bien líderes comunistas apoyaron y estuvieron presentes en las manifestaciones, la raíz de la huelga eran las condiciones inhumanas y de explotación laboral en que vivían más de 25.000 trabajadores. Sus familias vivían sin educación, sin salud, sin vivienda digna o sin una alimentación regular.

Abadía Méndez en medio de su pánico porque se diera una “revolución comunista” manejó las protestas como un asunto de orden público y no como una emergencia de derechos humanos. Es importante mencionar que este buscaba mantener tranquilas las relaciones con Estados Unidos lo que hizo que su interés se centrará en preservar las inversiones económicas de la multinacional. El gobierno nunca apoyó o escuchó a los huelguistas de Ciénaga.

De igual modo, las jerarquías de la Iglesia que también eran jefes conservadores, o mejor, los verdaderos jefes ante la catástrofe electoral que veían venir para 1930, y la inminente caída del régimen conservador, adoptaron estrategias desesperadas. Una de esas medidas fue la creación de la llamada “Ley heroica” que buscaba disminuir la capacidad de acción política de los sindicatos ya que según ellos atacaban el derecho a la propiedad privada y promovían la lucha de clases. 

Después de tres semanas de manifestaciones la United Fruit Company logró a comienzos de diciembre de 1928 que el presidente declarara el estado de sitio y nombrara al general Carlos Cortés Vargas, jefe civil y militar de la zona. 

¿Qué ocurrió luego?

Sangre en la plantación

Foto tomada de: Caribe Afirmativo

Han existido a lo largo de la historia muchas versiones sobre cómo ocurrieron todos los hechos, y si bien es importante saber con exactitud cómo sucedieron, lo relevante de la masacre de las bananeras es que este terrible episodio nos mostró con claridad el país en el que se estaba formado Colombia; un país incapaz de garantizar las condiciones básicas a sus trabajadores, que vulnera cínicamente todos los derechos de los que son sujetos sus ciudadanos, una clase política que en su mayoría se une con poderes económicos para seguir manteniendo un monopolio de corrupción que afecta directamente a los trabajadores.

En el lapso del 12 de noviembre al 06 de diciembre la huelga no fue una noticia que llamó la atención de la prensa nacional, mucho menos de los medios capitalinos. Por un lado, los periódicos conservadores se referían a los huelguistas como una peligrosa conspiración comunista, y los liberales publicaban las justas peticiones formuladas por los trabajadores de la zona bananera, pero sin mayor despliegue.

El engaño

A los trabajadores se les fue notificado que la compañía estaría interesada en negociar y que para esto era necesario que se dirigieran a la plaza central de Ciénaga sin ningún tipo de armas (machetes). Este encuentro se daría el 05 de diciembre. 

Como era de esperarse, los obreros, muchos junto con sus familias se movilizaron hasta la plaza el 05 de diciembre en la tarde, el ambiente era alegre y esperanzador dado que, se creía que al fin se llegaría a un acuerdo y podrían retomar sus actividades pero en mejores condiciones. Se calcula que casi 5000 personas acudieron a la plaza.

A las diez de la noche, la estación del ferrocarril de Ciénaga estaba completamente llena. Miles de obreros, mujeres y niños, llegados de los confines de la zona bananera, habían viajado durante varios días para asistir a la cita convocada por los dirigentes de la huelga en ese amplio pedazo de playa arenosa y salobre, en donde se había construido la estación. 

Uno de los líderes de la huelga, Eduardo Mahecha, presintiendo un poco lo que se venía, se subió a un vagón para alertar a los manifestantes, diciéndoles que era mejor que se devolvieran para sus casas. No le creyeron, y en vez de eso le gritaban traidor, cobarde. En buena medida los ataques provenían de los soldados que estaban infiltrados dentro de la manifestación.

Ya a la 1:00 am, en medio de gritos ¡Viva la huelga! Entre sombras aparecieron alrededor de 300 soldados comandados por el General Cortés Vargas. Los uniformados ocuparon posiciones estratégicas frente a la multitud, situándose en una doble fila en el costado norte de la estación. En una de las esquinas de la amplia plaza, los soldados montaron la ametralladora austrohúngara Schwarzlose de 7mm, modelo 1912.

Ya frente a la multitud se les comunicó que tenían 5 minutos para evacuar la plaza o si no, abrirían fuego. Las personas seguras de que el ejército no dispararía, no se movieron durante este tiempo y pasados los 5 minutos, Cortés Vargas dijo: “era menester cumplir la ley, y se cumplió. ¡Fuego!. 

El tableteo duró 5 minutos. Durante 5 minutos se disparó indiscriminadamente a la multitud utilizando las balas dum-dum, prohibidas desde la primera guerra mundial porque son proyectiles diseñados para expandirse tras el impacto, es decir, causan grandes destrozos en los órganos internos de las personas.

No es preciso el número de muertos que dejó la masacre. Según Cortés Vargas solo hubo 9 muertos, el embajador norteamericano de la época, Jefferson Caffery, admitió que la cifra podía llegar a 1000 personas asesinadas, el dirigente Sindical Alberto Castrillón aseguró que la cifra ascendía a 5000 muertos. Varios historiadores coinciden en que la causa para que no se tenga claridad en la cifra radica en el control a la información que hicieron los militares y el gobierno.

El amanecer

Esa manipulación en la información también replicó en qué pasó luego de la masacre. Existen versiones que al día siguiente solo habían 9 cuerpos en la plaza, como las 9 peticiones que los obreros habían hecho. ¿Qué pasó con todos los otros cuerpos? En su mayoría se argumenta que fueron arrojados al mar para perderles por completo el rastro.

Ahora bien, de lo que si se tiene certeza es que, después del 05 de diciembre de 1928, se dieron consejos de guerra, detenciones masivas; algunos de esos presos aparecerían muertos. Además, la United Company recompensaba a los soldados por el trabajo que estaba haciendo en contra de los trabajadores y líderes sindicales.

Pese a todo lo que se ocultó por meses, el 03 de septiembre de 1929 el recién elegido representante a la cámara, Jorge Eliecer Gaitán denunció en el Senado de la República lo que había ocurrió en Ciénaga dado que el mismo había viajado a la zona para investigar y corroborar todo lo que se decía. En su famoso e histórico discurso dijo: “Dolorosamente sabemos que en este país el gobierno tiene la metralla homicida para los hijos de la patria y la temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano”. 

Y es que el discurso de Gaitán fue muy importante no solo por los señalamientos directos en contra de los dirigentes políticos y militares sino también, porque ayudó a llamar la atención sobre cómo ocurrió la masacre.

94 años después se sigue recordando lo que pasó en 1928 cuando un puñado de obreros alzaron sus voces para protestar en contra del gobierno, el ejército y la empresa que abusaba de ellos. Y es esencial recordar y conmemorar porque como dice la historiadora Diana Uribe, la memoria genera identidad, la memoria es la huella de lo que nos ha pasado, y debe existir un espacio para el dolor porque lo tenemos, toda Latinoamérica lo tiene.

La masacre de las bananeras es un reflejo de cómo suele ser Colombia, sin embargo me niego a creer que seamos solo la republica de las bananeras.

Bibliografía:

Robledo Beatriz. María Cano, la virgen roja. (2017)

Banco de la República de Colombia. Masacre de las bananeras. (Julio 2017). https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-190/la-masacre-de-las-bananeras

Colombia Informa. La masacre de las bananeras: «no ha pasado nada, ni está pasando ni pasará nunca». (Diciembre 2018). https://www.colombiainforma.info/5-y-6-de-diciembre-la-masacre-de-las-bananeras-la-matanza-que-si-ocurrio/

Pernett Nicolás. The New York Times. Las lecciones de la masacre de las bananeras en Colombia. (Diciembre 2018). https://www.nytimes.com/es/2018/12/06/espanol/opinion/opinion-matanza-bananeras.html

González Ana María. El Tiempo. La noche de la vergüenza nacional: así fue la masacre de las bananeras. (Diciembre 2018). https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/asi-fue-la-masacre-de-las-bananeras-la-noche-de-la-verguenza-nacional-302386

CAM. La Masacre de las Bananeras, el acontecimiento que dejó marcada la historia de Colombia. (Mayo 2022). https://cam.libertadores.edu.co/la-masacre-de-las-bananeras-el-acontecimiento-que-dejo-marcada-la-historia-de-colombia/

Archila Mauricio. Corporación Nuevo Arco Iris. Diciembre 6 de 1928. Masacre de las bananeras (s.f.). https://www.arcoiris.com.co/2013/12/diciembre-6-de-1928-masacre-de-las-bananeras/

Caribe Afirmativo. Masacre de las Bananeras: 90 Años de resistencia del movimiento sindical colombiano. (Diciembre 2018). https://caribeafirmativo.lgbt/masacre-las-bananeras-90-anos-resistencia-del-movimiento-sindical-colombiano/

Agencia de información Laboral. 80 años de la masacre de las bananeras. Vencer la siniestra facilidad de morir. (Diciembre 2008). https://ail.ens.org.co/cronicas/80-anos-de-la-masacre-de-las-bananeras-vencer-la-siniestra-facilidad-de-morir/

Wikipedia. Masacre de las bananeras. (s.f.). https://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_las_bananeras

Paula Moncada

Periodista y feminista. Antes y durante toda su carrera ha estado involucrada en temas políticos, sociales, de género, y medioambientales.

Paula Moncada
Paula Moncada

Periodista y feminista. Antes y durante toda su carrera ha estado involucrada en temas políticos, sociales, de género, y medioambientales.

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