Era el 30 de abril de 1977 en Buenos Aires, en plena dictadura de Jorge Videla, cuando un grupo de 14 madres decidieron plantarse en la Plaza de Mayo, nombrada así porque allí inició la gesta independentista argentina dada el 25 de mayo de 1810. Estas madres pasarían a la historia como las mujeres que buscando a sus hijos enfrentaron una de las dictaduras más crueles de América Latina.
En principio este grupo de mujeres no dirigía a la plaza, ellas estaban esperando que el secretario del vicario castrense de la Curia de la ciudad las atendieran porque, en su mayoría, sus hijos estaban desaparecidos y nadie les daba respuestas sobre qué pudo haberle ocurrido.
Una de las mujeres allí presente era Azucena Villaflor, una activista social que al ver que nadie las iba a atender propuso: “¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vean que somos muchas, Videla tendrá que recibirnos” Pues, la Plaza queda al frente de la Casa Rosa, sede de la Presidencia. Se quedaron ahí, al frente de la casa del hombre que les había arrebatado la vida a sus hijos.
En ese entonces, la dictadura cívico-militar había establecido el estado de sitio, por lo que los grupos de tres personas o más estaban prohibidos, al igual que quedarse quieto en algún lugar público. Al ver que las señoras, que estaban todas juntas, no se movían, la policía les ordenó: “Acá hay estado de sitio, ¡circulen! Además, agregaron, ¿Qué es esto? ¿Una reunión política? ¿No saben ustedes que está prohibida la política? De manera que ustedes tienen que circular, ¡circular!
Y así lo hicieron, ¡circularon! Caminaron separadas por horas alrededor de la Pirámide de Mayo. Caminaron para ser vistas, caminaron para que las escucharan, caminaron porque supieron que no eran las únicas y que al igual que ellas, sus compañeras necesitaban respuestas.
Desde ese día decidieron circular por la plaza cada viernes, en la tercera semana decidieron cambiar el día al jueves a las 3:30 pm, ya que a esa hora y ese día transitaban muchas personas por allí. Para poder identificarse entre ellas, comenzaron a utilizar un pañuelo blanco en sus cabezas porque muchas usaban la tela de los pañales de sus hijos, esos mismos que habían desaparecido.
A partir de ese jueves de 1977 las madres de la Plaza de Mayo se convirtieron en un referente de dignidad, de la defensa de los derechos humanos, de ser el grito en medio de tanto silencio ocasionado por la injusticia y la crueldad. La dictadura continuó pero ellas igual, no llevaban mucho cuando en diciembre de ese mismo año secuestraron a varias integrantes del grupo entre las que se encontraba Azucena Villaflor. Su cuerpo apareció el 20 de diciembre en las playas de Buenos Aires, pero fue enterrada como NN y solo hasta 2005 logró ser identificada.
Ministerio de Cultura Argentina
Pese a este duro golpe persistieron. Esas mujeres, esas madres, fueron un puñado de valentía exigiendo justicia y verdad no solo por el secuestro y asesinatos de sus seres más queridos, sino también, para que el mundo viera la brutalidad de un Gobierno que estaba mintiendo, torturando, desapareciendo y asesinando a sus ciudadanos.
Más tarde, en 1981 el grupo se divide en dos; Por un lado, Madres de Plaza de Mayo y por el otro lado, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Como en cualquier organización social se presentaron diferencias y si bien tienen puntos inamovibles, algunos de sus enfoques son distintos.
Posteriormente, en 1983 la dictadura se termina y Argentina entra en un proceso democrático que debía, sin duda, juzgar a los culpables, investigar todas las violaciones de derechos humanos que existieron y buscar a todas las personas que desaparecieron. Hoy por hoy, no se tienen cifras establecidas de cuántas personas fueron desaparecidas por la dictadura, algunas hablan de cientos, otras de miles.
La dictadura terminó, pero ellas no. Continuaron trabajando por conocer la verdad, por hallar el cuerpo de sus hijos, por velar para que las personas culpables fueran conocidas y juzgadas. Su trabajo no ha cesado desde aquel 30 de abril del 77.
Y esas labores han impactado también a otros movimientos como los feministas o los que son liderados por minorías. Están presentes cada 8M para alzar su voz en contra de la violencia hacia las mujeres, por ejemplo. Sus figuras han sido tan significativas que han dejado una huella memorable en América Latina.
En la actualidad, las que siguen con vida o las que se han ido sumando cada año, se reúnen aún cada jueves a las 3:30 pm para seguir marchando alrededor de la Pirámide y luego, dan su opinión sobre la actualidad nacional y mundial. Cada mujer con pañuelo blanco en la Plaza de Mayo le debe recordar al mundo las víctimas que dejó la última dictadura de Argentina y que las mujeres, cuando luchan en colectivo, logran trascender en la historia.
Fuentes:
El día en que 14 “locas” exigieron la aparición de sus hijos: la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo. Milton del Moral. Infobae.
La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres. Sergio Ciancaglini. Lavaca.
Madres de Plaza de Mayo. colaboradores de Wikipedia.