El departamento del Chocó, en Colombia, es atravesado por un río caudaloso, que cuenta con más 700 kilómetros en todo su curso desembocando en el Océano Atlántico. El Río Atrato más allá de ser un medio de transporte o intercambio económico, es el reflejo de las luchas y desgracias de un territorio que ha sobrevivido desde tiempos coloniales a los fallidos intentos de Colombia por ser un país que protege a sus habitantes.
Este río nace en el cerro de Caramanta entre en los Altos de la Concordia y los Farallones de Citará a una altura de 3900 metros sobre el nivel del mar. Se divide entre la cuenca alta, que va desde su inicio hasta la ciudad de Quibdó, la cuenca media, desde Quibdó hasta la población de Bellavista y la cuenca baja, que va desde Bellavista hasta su desembocadura en el golfo de Urabá.
Atrato. Portal Informativo.
Entre las cuentas están instalados ocho puertos, que son parte fundamental de la economía de los habitantes de la zona, además de ser “la principal vía de comunicación en la región, siendo navegable el 66% del río durante todo el año” Asimismo, cuenta con la presencia de 183 especies biológicas distribuidas en 54 familias.
Cajal Flores, Alberto. (24 de diciembre de 2019). Río Atrato: historia, características, recorrido, afluentes, flora, fauna.
Con estas características se puede dimensionar la importancia que tiene el Río Atrato para el departamento del Chocó, sin embargo, las prácticas de explotación siguen estando vigentes y es que, desde el siglo XVII impera el auge colonizador para explotar yacimientos de oro y platino. Fue tanta la riqueza producida del Chocó hacia Cartagena, que los Reyes de España suspendieron, por un siglo, la navegación comercial y de pasajeros por el río, para que solamente cruzaran los barcos del Reino y poder controlar la salida del oro.
Pacheco, Margarita. (14 de diciembre de 2017). Derechos Bioculturales en el Río Atrato.
Y es que, la historia del río está marcada por usos de explotación que provienen principalmente de personas externas al territorio. Uno de los procedimientos más utilizados, ha sido la minería, que en muchos casos es ilegal, pero que en otros tantos hace parte de licencias entregadas a empresas nacionales o extranjeras que explotan los distintos recursos naturales disponibles, dejando a su paso desastres ecológicos con los que los habitantes de lugares como el Chocó deben convivir.
Además, tanto la minería como la deforestación, “están amenazando este único y preciado hábitat». La contaminación por mercurio y cianuro proveniente de las actividades mineras industriales lo convierten en el río más contaminado de Colombia. Por lo tanto, las prácticas irresponsables han puesto en peligro a las especies y los bosques que rodean el río, pero lo más preocupante es la afectación a la salud de los pobladores, ya que la mayoría ingiere el agua del río, esa agua contaminada por mercurio y otros metales pesados.
Gillingham Frederick, Valenzuela Melisa. (10 noviembre de 2019). Río tóxico: minería, mercurio y asesinatos continúan afectando al río Atrato en Colombia.
Por otro lado, una investigación adelantada por la Universidad de los Andes a través de su facultad de Arquitectura y Diseño, con apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, analizó en diciembre de 2019 la relación que tienen las comunidades con el río Atrato. Entre sus hallazgos encontraron “En 2013, por ejemplo, se contabilizaban unos 200 entables mineros y unas 54 dragas en operación usadas en la minería a gran escala, con la que contaminan el agua, que produce enfermedades”. Entre los años 2013 y 2014 hubo un total de treinta y siete niños indígenas muertos por ingesta del agua contaminada del río.
La lucha para que el río Atrato vuelva a la vida (s.f.). Universidad de los Andes/ Río Atrato: ubicación, mapa, y todo lo que necesita conocer sobre él (2020). Ríos del planeta. Según el Registro Único de Víctimas, 429.624 personas en el Chocó han sufrido de desplazamientos, 19.200 personas fueron amenazadas y 11.701.
¿Quiénes son los más afectados? Como se puede ver, son las comunidades negras o indígenas que habitan en los bordes del río Atrato. Por esto, en 1981 nace el Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato (COCOMACIA), conformada por 124 Consejos Comunitarios en la región del Medio Atrato, con una población más de 39.000 habitantes, de los cuales 19.079 son hombres y 19.998 son mujeres.
Parte de los motivos que estimularon la creación de COCOMACIA fue la preocupación de defender los recursos naturales, debido a la invasión por parte de las empresas madereras, como Maderas Pizano y Maderas del Darién. Sus objetivos luego se enfatizaron en la lucha por la defensa, el reconocimiento de sus territorios y por la vida desde todos los sentidos singulares concebidos en la región y la existencia misma de los colectivos negros e indígenas.
Es necesario entender importancia de proteger y preservar los recursos naturales, cuencas hídricas y el valor cultural que tiene para los chocoanos el Río Atrato, puesto que este, es un eje central de quienes habitan allí ya que hace parte de su identidad; ellos nacen, viven y mueren alrededor de los ríos, quebradas, lagunas y ciénagas. Además, todos los usos cotidianos que se le da al agua proveniente del río logran tejer una inmensidad de historias que han construido la cultura y las características de las poblaciones de este territorio.
Además de las graves complicaciones medioambientales, en el Chocó los casos de corrupción dentro de la política no se hacen esperar. Desde 2010, el Departamento ha tenido 12 gobernadores, puesto que todos han estado involucrados en hechos de corrupción desfalcando los recursos públicos. La Procuraduría General de la Nación, señala que esta región del país es la que más procesos disciplinarios tiene en contra de sus funcionarios públicos.
Chocó ha tenido 12 gobernadores en los últimos 10 años (2020). Caracol Radio.
Y no solo es fundamental conocer la situación política del Chocó sino también, cuáles son las famosas empresas que extraen y explotan los recursos naturales del territorio chocoano como es el río Atrato. Algunas de estas son: AngloGold Ashanti Colombia, Continental Gold Limited Sucursal Colombia y Exploraciones Chocó Colombia SAS (opera a través de una Joint Venture entre AngloGold Ashanti y Glencore Colombia S.A.S).
La primera, AngloGold, empresa de origen sudafricano considerada una de las compañías más importantes en la explotación minera y de oro a nivel global. “Al tener tres de sus más grandes operaciones de explotación y exploración en Colombia, este país pasa a ser el segundo en la lista en los que más tiene presencia la multinacional. Además de tener en desarrollo programas de exploración de casi 8.2 millones de hectáreas”.
Quienes somos. AngloGod. Página oficial/ Longas Cristian (25 de agosto de 2017) AngloGold Ashanti: cuando “la minera responsable” es solo un eslogan empresarial.
El Departamento del Chocó es uno de los mayores territorios que tiene la compañía minera actualmente, con licencias otorgadas por la sede de la Agencia Nacional Minera. El libre acceso que ha tenido la multinacional no solo en el territorio chocoano sino en todo el territorio colombiano ha producido que sea la mayor generadora de conflictos en el país con una cifra de 13 registros hasta la fecha (2017), así lo señala el libro: Minería en Colombia: Control público, memoria y justicia socio-ecológica, movimientos sociales y posconflicto. (citado por Longas, 2017).
En 2011 con ayuda de la Unidad de restitución Tierras, el Consejo Comunitario Mayor de la Organización Popular Campesina del Alto Trato (COCOMOPOCA) recuperó la titulación de unas tierras que AngloGold estaba usando, pasando por encima de una solicitud creada por la organización desde 1999. La respuesta dada en ese entonces por la multinacional es que las comunidades son dueñas del suelo y no del subsuelo.
Respecto a Exploraciones Chocó Colombia SAS no cuenta con página oficial, sólo se encuentra en distintos directorios empresariales según los cuales sus actividades son la extracción de oro. No existe información o menciones oficiales sobre las afectaciones de esta actividad al río Atrato. La minería ilegal sin duda es una de mayores fuentes de degradación ambiental y social en el Chocó, sin embargo, el daño causado por las empresas nacionales, internacionales, y las decisiones estatales han contribuido de manera activa a que recursos naturales como el río Atrato se vean gravemente afectados, hasta el punto de desaparecer.
Al mismo tiempo, no se puede olvidar la responsabilidad de las empresas madereras. En 1997, se ejecutó la operación militar “Genesis” que iba dirigida en contra de la guerrilla de las FARC de la zona. Sin embargo, los resultados de esta operación fueron la quema de caseríos, desplazamientos, asesinatos y desapariciones a pobladores civiles. Bajo estas circunstancias en “1998 se intensificó la extracción irracional, ilegal y mecanizada de madera por parte de la empresa Maderas del Darién, filial de Pizano S.A., que cuenta con certificado FSC2”.
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. (2006). ¿Ecocidio certificado? Pizano S.A., en el territorio del Bajo Atrato (Chocó)
En 2002, la Defensoría del Pueblo, a través del documento, “Explotación de Madera y Derechos Humanos Bajo Atrato-Chocó: Amicus Curiae” afirmó que los trabajos adelantados por la empresa Darién-Pizano S.A. “Desconoce las normas constitucionales y legales y los compromisos asumidos por el Estado Colombiano en lo referente a la protección del medio ambiente, los recursos naturales y la diversidad étnica y cultural del País”.
Por otro lado, se tiene a las empresas que operan en el departamento, que por las actividades económicas que desarrollan afectan de manera directa e indirecta al río. Estas empresas, tanto nacionales como internacionales cuentan con el respaldo de una parte importante del poder estatal que tiene una actitud condescendiente hacia ellas, ya que no solo las apoya, sino también les facilita en buena medida eludir la responsabilidad que tienen con las comunidades.
En otras palabras, se enfrenta un poder creado desde el territorio, en muchas ocasiones intimidado por la violencia que recibe desde distintos frentes, con el poder económico y estatal que ha ocasionado parte de los problemas sociales, económicos y de salud en el departamento.
Como resultado de esas desigualdades las poblaciones se unen y buscan resguardar sus recursos naturales. Como se mencionó anteriormente, la comunidad de COCOMACIA ha sido una muestra de ello, obteniendo resultados el haber ganado el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia en el 2015. Un año más tarde, lograrían por toda la movilización social convocada que la Corte Constitucional por medio de la sentencia T-622 de 2016 reconociera al río Atrato como un sujeto de derechos, todo esto para garantizar su conservación y protección.
Es de resaltar que, desde sus inicios está organización ha contado con la participación de la mujer de una manera activa. Desde el año 2009 se empezó a regular la inclusión de la mujer en la toma de decisiones, con el sentido de garantizarles la participación en estos órganos de tomas de decisiones, y así permitirles a muchas lideresas que tenían la esperanza de poder pertenecer a un ente administrativo poder hacerlo.
Después, se creó la Comisión de Género que fortaleció estos procesos a la vez, que visibilizó la situación de los derechos sociales, económicos, políticos y territoriales de las mujeres campesinas que habitan la región del río Atrato y sus afluentes. La Comisión enfatiza en la lucha por la equidad de género y su importancia en la protección de los recursos naturales para lograr garantizar la preservación de los territorios, las condiciones, oportunidades e incidencia en toma de decisiones por igual entre hombres y mujeres.
Vale la pena enfatizar la importancia que tienen las mujeres dentro de los conflictos socioambientales, ya que como ocurre con el río Atrato ellas ejercen un ecologismo popular que resignifica los territorios y saca a luz prácticas ilegales, corruptas y degradantes hacia el medio ambiente provenientes de empresas y entes políticos. Como indica el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) la contaminación que han generado la minería ilegal, el mercurio y otras sustancias que hacen ahora parte del río Atrato afecta directamente en las mujeres de esta región, pues el 67% de hogares no tienen acceso a fuentes de agua mejoradas.
El ecologismo popular se configura en movimientos de resistencia que luchan para impedir la privatización de la propiedad y degradación de su territorio. Pocas veces se describen a sí mismos como ecologistas, pero, en la práctica, están defendiendo los valores del movimiento ecologista.
Sin duda, existe una relación entre opresión, violencia, y explotación que se ve aplicada en la raza, la mujer y el territorio, ya que no solo en estas regiones sino alrededor del mundo los territorios habitados por comunidades étnicas e indígenas son constantemente explotadas y violentadas. Los análisis desde el racismo ambiental y el ecofeminismo son imprescindibles para comprender las dinámicas de sometimiento y violencia.
En definitiva, el desarrollo promulgado desde el poder político y económico no se refleja en los territorios del Chocó, ya que se da a partir de una perspectiva de modelos económicos extractivistas y explotadores hacia la naturaleza. Son en estos escenarios en donde luchas adelantadas por organizaciones como COCOMACIA son cruciales para dar a conocer y detener estas prácticas.
Las comunidades han puesto en parte su esperanza en el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez pues, ambos han enfatizado en cambiar prácticas como la extracción para conversar los recursos naturales y detener las consecuencias que trae el cambio climático. Es importante mencionar que la vicepresidenta Francia Márquez, ha sido a lo largo de su vida, una reconocida lideresa ambiental de Cauca.