Lo sucedido con el feminicidio de Valentina Trespalacios a muchas mujeres nos ha estremecido no solo por la crueldad con que ocurrió todo, sino también porque este crimen nos ha demostrado el profundo desprecio que, parte de la sociedad colombiana le tiene a las mujeres.
El 22 de enero cuando apareció el cuerpo de Valentina y poco a poco se fue conociendo más sobre su asesinato, el dolor se iba profundizando. ¿Cómo era posible que su cuerpo hubiera sido expuesto con semejante crueldad?¿Cuánto dolor tuvo que soportar antes de morir? Es importante recordar que, el abogado Miguel Ángel del Río, representante de la familia ha aclarado que Valentina fue golpeada, sometida para posteriormente ser ahorcada.
El sin fin de videos sobre cómo su victimario trasladó y abandonó su cuerpo inundaron las redes sociales en cuestión de horas; en menos de un día conocimos quién era Valentina Trespalacios y cómo había sido asesinada. Los días posteriores la situación cada vez ha ido empeorando pero no para John Poulos, el feminicida, sino para la memoria de Valentina.
Las mentiras en torno a su vida, los titulares amarillistas, los videos en Tiktok mostrando aspectos personales que nadie más que a ella le importaban, han demostrado que en realidad muchas personas lo único que buscaban eran razones para culpar a la mujer
Que se notaba que estaba con un extranjero por el dinero, qué cómo se le ocurrió establecer una relación a través de internet, que era una infiel y por eso se merecía lo que le pasó. Han sido tantas las palabras sin sentido que se han dicho que poco a poco se olvida lo qué es realmente importante, y es que ningún ser humano merecía el trato y el dolor por qué pasó Valentina. ¿Por qué la responsabilizamos de lo que ocurrió? ELLA JAMÁS SERÁ LA RESPONSABLE.
Seguir culpando a las mujeres por lo que les sucede lo único que seguirá generando es que cada vez mueran más mujeres, que cada día sean más las mujeres que tengan que soportar la violencia de la que son víctimas pues tienen la certeza de que serán culpadas por el sufrimiento que otra persona les ocasiona.
Como siempre, en medio de la violencia las mujeres buscamos no solo apoyarnos sino también, levantar la voz. El caso de Valentina nos ha posibilitado hablar sobre el odio latente hacia las mujeres, la crueldad que se ejerce en nuestros cuerpos y cómo la sociedad colombiana, incluidos los medios de comunicación, no estamos preparados para tramitar un delito como este sin revictimizar a la víctima y a su familia.
Sin duda, el próximo 08 de marzo (Día internacional de la mujer) seremos miles de mujeres pidiendo justicia, reparación y no repetición. Seremos miles de Valentinas afuera porque desgraciadamente la crueldad hacia nosotras nos une aún más.